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OLITE - Navarra



Palacio Real


 El icono asociado a Olite es sin duda la imponente imagen del fastuoso Palacio Real, considerado, en la época de su construcción, la joya de los castillos góticos europeos. Fue construido a principios del siglo XV por Carlos III el Noble y su esposa Leonor, llegando a ser el emblema más representativo del antiguo reino de Navarra.

















    El derroche de imaginación y fantasía en su diseño, junto al amplio periodo de construcción, dieron como resultado un conjunto un tanto anárquico, de planta irregular, en el que coquetas  galerías, bellas torres, innumerables estancias y exuberantes jardines se fueron añadiendo de modo desordenado, advenedizo y sorprendente,  confiriendo al conjunto un aspecto fascinante, fantástico  y caprichoso que nos recuerda a los castillos de los cuentos de hadas.












  




Con la construcción del Palacio Real, el boato palaciego  se trasladó a Olite,  siendo esta etapa la más próspera y opulenta y la de mayor auge económico y demográfico.





   Un siglo más tarde, en el siglo XVI, tras la toma de Navarra por Castilla, el castillo es definitivamente abandonado, iniciándose entonces un lento y progresivo deterioro.





















 Tras cuatro siglos de abandono e innumerables vicisitudes, en el año 1923  se inicia su reconstrucción, y dos años más tarde, en 1925, es declarado  Monumento Nacional, conjuntamente con la Iglesia de Santa María la Real.

Iglesia de Santa María la Real








La Iglesia de Santa María la Real se halla junto al Palacio Real, su construcción se inicia a principios del siglo XII, por su proximidad al Palacio Real fue favorecida de modo especial  por los reyes navarros,  y elegida como sede religiosa para la celebración de sus ceremonias y actos solemnes; bodas, bautizos y exequias reales, tuvieron lugar entre sus muros, entre ellas las del mismo rey Carlos III, el Noble y su esposa Leonor.






Palacio Viejo o Palacio de los Teobaldos
  El palacio Viejo o Palacio de los Teobaldos, tiene su origen en la época romana, como fortaleza del recinto amurallado romano. Más tarde fue utilizado por los visigodos.

Interior Palacio de los Teobaldos (Parador Nacional)
   Ya en el siglo XII, Sancho VII, el Fuerte construye sobre los cimientos de la fortaleza romana un castillo defensivo que será más tarde mejorado por sus sucesores Teobaldo I y Teobaldo II, de ahí su segundo apelativo. Actualmente el Palacio de los Teobaldos se ha convertido en un magnífico Parador Nacional

   De aquella remota época romana, la ciudad de Olite conserva , casi en su   totalidad el recinto amurallado romano, construido en el siglo I. Este recinto amurallado contaba en sus orígenes con 20 torres con sus respectivos lienzos de murallas, y dos accesos de entrada, situados al norte y al sur de la ciudad, hoy día permanecen los restos de 12 torres y algún pequeño tramo de muralla.

Una de las puertas de acceso
   En el siglo XII, con la repoblación llevada a cabo por Sancho el Sabio, el recinto amurallado romano se torno insuficiente para acoger el aumento de población, la ciudad se extendió hacia el sur surgiendo nuevos barrios, que más tarde fueron amurallados, formando un nuevo recinto, el recinto amurallado medieval, con cuatro portales de acceso.


   En la actualidad, el casco viejo de Olite conserva la configuración urbanística del siglo XIII, conservando los dos recintos o “cerquos” amurallados,  el “cerquo de dentro”, el romano, y el “cerquo de fuera” el medieval, separados por la plaza de Carlos III.  





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